Prima del melón y el pepino, la sandía es la curcubitacea que reina durante el verano argentino. Cargada de agua, fresca, dulce e hidratante para pasar el calor.
La sandía es un cultivo de clima subtropical, por lo que precisa de temperaturas cálidas para su desarrollo. Para la germinación de la semilla se precisa un ambiente entre 21°C y 35°C, y para el desarrollo del fruto entre 20° y 30°. En Argentina el cultivo se reparte entre las provincias de Corrientes, Chaco, Formosa, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires.
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